eliópolis: 02/01/2008 - 03/01/2008

sábado, febrero 23, 2008

Sin miedo...


Vivir sin miedo...¿esa es la clave para ser feliz? Me gustaría creerlo. El miedo a la enfermedad, el miedo a la desgracia, al accidente, el miedo a la agresión injusta, todos los miedos nos impiden encontrar esa isla donde las buenas personas pueden vivir confiadas, seguras de que si no te temes a ti mismo no debes temar a nada ni a nadie.
Esa isla, esa tierra es un lugar donde la esperanza no pueda crecer. Si no esperas nada no temes perderlo.
Los hombres nos hemos formado rodeados de miedos; la educación que hemos recibido se vasa fundamentalmente en el temor al castigo, merecido e inmerecido, causado y sin causa. Desde el principio de los tiempos ha sido así.
Vivir sin miedo es la única esperanza posible.

Vivimos aterrados. Ojalá al final de este siglo la gente se sienta más confiada que ahora. Bauman

Yo hablo de islas o tierras, Zygmunt Bauman nos habla de un jardin. La metáfora del jardinero le sirve para explicar nuestra sociedad moderna, la realidad existente. Vivimos en un jardin bien cuidado por el jardinero que ejerce su biopoder eliminando la maleza que afea la bioestética. ¿Cualquiera de nosotros puede se maleza? ¿Depende de Joe...Joe Black? ¡No, depende del jardinero!

Surveiller et punir: Naissance de la prison se publicó en 1975. El libro empieza con una descripción muy gráfica de la ejecución pública del parricida Damiens en 1757. Contra esta, Foucault yuxtapone una prisión gris, 80 años después y busca entender cómo pudo ocurrir tal cambio en la forma de castigar a los convictos en un período tan corto.

Estas dos formas de castigo tan contrastantes son dos ejemplos de lo que Foucault llama "tecnologías de castigo". La primera, la tecnología de castigo 'monárquica', consiste en la represión de la población mediante ejecuciones públicas y tortura. La segunda, el "castigo disciplinario", según Foucault, es la forma de castigo practicada hoy día. El castigo disciplinario le da a los "profesionales" (psicólogos, facilitadores, guardias, etc.) poder sobre el prisionero: la duración de la estancia depende la opinión de los profesionales.

Foucault compara la sociedad moderna con el diseño de prisiones llamadas "Panopticón" de Jeremy Bentham (que nunca fue construida, pero sí fue tomada en cuenta): en el panopticón, un solo guardia puede vigilar a muchos prisioneros mientras el guardia no puede ser visto. El oscuro calabozo de la pre-modernidad ha sido reemplazado por la moderna prisión brillante, pero Foucault advierte que "la visibilidad es una trampa". Es a través de esta óptica de vigilancia, dice Foucault, que la sociedad moderna ejercita sus sistemas de control de poder y conocimiento (términos que Foucault considera tan íntimamente ligados que con frecuencia habla del concepto "poder-conocimiento"). Foucault sugiere que por todos los niveles de la sociedad moderna existe un tipo de 'prisión continua', desde las cárceles de máxima seguridad, trabajadores sociales, la policía, los maestros, hasta nuestro trabajo diario y vida cotidiana. Todo está conectado mediante la vigilancia (deliberada o no) de unos seres humanos por otros, en busca de la 'normalización'.

Miedo al jardinero, me aterroriza.

"Cuando hayáis formado así la cadena de las ideas en la cabeza de vuestros ciudadanos, podréis entonces jactaros de conducirlos y de ser sus amos. Un déspota imbécil puede obligar a unos esclavos con una cadenas de hierro; pero un verdadero político ata mucho más fuertemente por la cadena de sus propias ideas. Sujeta el primer cabo al plano fijo de la razón; lazo tanto más fuerte cuanto que ignoramos su textura y lo creemos obra nuestra; la desesperación y el tiempo destruyen los vínculos de hierro y de acero, pero pueden nada contra la unión habitual de las ideas, no hacen sino estrecharla más; y sobre las flojas fibras del cerebro se asienta la base inquebrantable de los Imperios más sólidos" J. M. Servan (1.767)

En los comienzos de la revolución industrial y al final de la edad de la ilustración, Jeremy Bentham (1748-1832), el filósofo y el fundador inglese del Utilitarianismo, concibió el Panopticon, un proyecto carcelario que permite que un individuo mire a todos los presos de modo que no puedan saber cuando los están mirando. El sistema se ha comparado a menudo a Internet. La dimensión panoptical de Internet, es decir la vigilancia y el control generalizados de nuestros menos movimientos y deseos, está extendiendo con el desarrollo del blogoesfera y la penetrabilidad de nuevas tecnologías. La toma de posesión de Google en Blogger en 2003 reveló la interrupción de una mina de oro, constituida por las derechos implícitos de la explotación del discurso íntimo de millones de internautas: el acierto aquí es tener acceso a nuestros pensamientos íntimos, la materia prima para el análisis de tendencias, extraer la información estadística sobre nuestra intimidad y nuestros deseos e intentar predecir científicamente el comportamiento de los usuarios, qué van a pensar en cualquier circunstancia dada (no como individuos sino como un sistema estadístico), para optimizar la maquinaria de adwords/adsense, en la cual se basa Google IPO. En el intercambio para invadir nuestra intimidad, la promesa de una satisfacción inmediata de nuestras necesidades hace que esta tendencia sea aparentemente incontenible. Hay algunas tentativas de responder a esta transformación del universo del discurso en un Pentágono como proyecto, tal como el T.I..A "conocimiento total de la información"

¿Será fundamentado mi miedo?


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