Alvaro

El cinco de marzo se marchó Alvaro, comenzó el gran viaje y los que le queremos no hemos podido parar de llorar. Es dificil aceptar esta ausencia, esta espera.
Las lágrimas no permiten ver con claridad lo que nos queda por descubrir en nuestro camino hasta el día que tambien nosotros comencemos ese gran viaje.

Querido Alvaro, espero que al recibir esta no te hayas olvidado de nosotros; ya han pasado cuatro meses desde que te marchaste y te añoramos mucho. Ha ocurrido un suceso que tu sabrás valorar y es que aquel vecino que tanto te molestaba con sus continuos ruidos se ha marchado por fin, es como una bendición, y ahora volvemos a aquella paz que se respiraba cuando salías al jardin y solo los cantos de los pájaros rompían el silencio. De momento nadie ocupa la casa y espero que tengamos más suerte con los que la habiten. Recuerdas que no te dejaban hacer la siesta y te irritabas .

Los dibujos que te hice y que tanto te gustaban y que colgué, le dan vida a tu habitación y es como si aún estubieras... . Deseo escribirte amenudo y contarte lo que ocurre por aquí. Un beso y un abrazo muy fuerte.