Día de los Santos Inocentes

Que el sol vaya a salir mañana es una hipótesis; y esto quiere decir: no sabemos si saldrá. Pensar el sentido de la vida es orar. Y el mundo es la totalidad de los hechos, no de las cosas.

Con estas premisas nos adentramos cada día en la realidad cotidiana. El amanecer es confirmación de nuestra existencia y la de nuestro entorno. El pasado sabemos que es história y como tal dejó de ser una necesidad lógica. Ahora el futuro es incognita y el sentimiento del mundo como todo limitado es lo místico.

Hasta que no protestemos contra lo inevitable no sabremos qué tan inevitable es lo inevitable. El próximo día 21 de Diciembre, día de los Santos Inocentes, tenemos una oportunidad de deshacer lo que parecía inevitable. Si algo puede destruir tus simpatías por el régimen separatista es el crecimiento de las diferencias de clase, es la división, es el enfrentamiento, es la farsa demostrada, la cobardía ejercida, de ser inmunes  al virus de las ideas.

Nadie puede huir de la historia ni de su historia pero su piedad es la lucidez triste del dolor de los derrotados, particularmente en un país que se encuentra, en el presente concreto, devastado por el nacionalismo mientras las fuerzas populares recuperan como pueden sus fuerzas para ganar las calles, ese territorio donde siempre se produjeron cambios sociales.

No somos santos, ni del todo inocentes, pero podemos ser eruditos.

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