Acabo de leer una interesante novela titulada "El Anatomista" de Federico Andahazi. El heroe de esta novela es Mateo Colón, anatomista o médico del Renacimiento que al enamorarse de una prostituta veneciana, Mona Sofía, emprende la búsqueda de algún tipo de pócima que le permita conseguir su amor. Así da comienzo a la ardua exploración de la misteriosa naturaleza de las mujeres.
Es un hombre avanzado a su tiempo, y en su audacia decide experimentar con prostitutas y, algo prohibido, con la disección de cadaveres. Lo que descubre en pleno siglo XVI es, tal como fuera América para su homónimo, una "dulce tierra hallada": el
Amor veneris, equivalente anatómico del
Kleitoris, hasta entonces no descrito en Occidente.
La medicina se incorporó en el siglo XIV como disciplina escolástica. Los médicos utilizaron la lógica aristotélica para hablar de humores hipotéticos del cuerpo. Entonces, repentinamente, el desastre epidémico más grande de todos los tiempo aparece en Asia y Europa. La peste negra estaba absolutamente más allá del alcance de la medicina de ese siglo. La práctica médica fue conducida de su torre de marfil al laboratorio empírico de la observación y del ensayo y del error.
Los científicos comenzaron a preguntar cómo funcionaba realmente el cuerpo humano. En el siglo XVI los anatomistas aparecen. Ellos examinan los cadáveres para averigauar como tratar a los vivos. Pero la disección no era suficiente. Necesitaban los medios para conservar lo que les habían demostrado esos cadaveres. El arte se unió con la medicina para crear magnificas láminas anatómicas con todo detalle.
Leonardo Da Vinci era famoso por registrar sus propias disecciones. Después de Leonardo, la disección se convirtió en una parte cada vez más básica de medicina. El gran flamenco dominó en esto como lo hizo en todo lo que tocó .
Y como aumentó la demanda de cadaveres, se hizo habitual el robo en los sepulcros y otros medios aún más terribles para conseguir cuerpos humanos. En el siglo XVIII cada estudiante de medicina realizaba una disección, y solamente una décima parte de esos cadáveres provenian de fuentes legales. Era un mundo subterraneo desconocido, ilegal y sucio.
La literatura hablaba de lo que sucedía y tomó partido contra el robo en los sepulcros. Charles Dickens y Mark Twain pintaron cuadros terribles del tema. El más horroroso de todos era el científico de Mary Shelley, Victor Frankenstein, que cortaba de los cuerpos robados las piezas necesitadas para rehacer a su monstruo .
Andreas Vasalius fué el más grande anatomista del Renacimiento (1514-1564). Autor de "De corporis humani fabrica libri septem" desctacó por sus descubrimientos anatómicos. Se instaló durante un tiempo en Venecia, y en 1536 se trasladó a la Universidad de Padua (Universitas aristarum), donde se doctoró en 1537 donde coincide con nuestro heroe Mateo Colón.
Inmediatamente después de su graduación le fue ofrecido el puesto de explicator chirurgiae, equivalente a una cátedra de Cirugía y Anatomía, en la misma universidad. Dio también lecciones en las universidades de Bolonia y de Pisa.
Su método de enseñanza era revolucionario: tradicionalmente el profesor enseñaba leyendo los textos clásicos (principalmente la obra de Galeno) y su exposición era seguida de la disección de un animal, realizada por un barbero-cirujano bajo la dirección del profesor; Vesalio, en cambio, convirtió la disección en la parte más importante de la clase, llevándola a cabo por sí mismo, rodeado por sus alumnos. Para Vesalio, la observación directa era la única fuente fiable, lo que suponía una importante ruptura con la práctica medieval, basada fundamentalmente en los textos.
Recopiló sus dibujos de anatomía, para uso de sus estudiantes, en tablas anatómicas ilustradas. Cuando descubrió que algunos de ellos estaban siendo copiados, los publicó en 1538 con el título de Tabulae Anatomicae Sex (Venecia, 1538). Las tres láminas osteológicas fueron realizadas por Kalkar, a instancias suyas; las tres relativas a las vísceras las realizó él mismo. En 1539 publicó también una versión actualizada del vademécum anatómico de Galeno, Institutiones Anatomicae. Cuando esta obra llegó a París uno de sus antiguos profesores publicó un ataque contra ella.
En 1538 publicó una obra sobre la flebotomía o sangría, que era en la época un tratamiento que se aplicaba a casi cualquier enfermedad. Existía un debate acerca de cuál era el lugar más adecuado para la extracción de sangre. El procedimiento defendido por Galeno consistía en extraer la sangre de un punto cercano al de la localización de la enfermedad. Sin embargo, la práctica musulmana y medieval prescribía extraer menor cantidad de sangre de un punto más distante. La obra de Vesalio apoyaba la opinión de Galeno, y apoyaba sus argumentos en diagramas anatómicos y tambien los que llegaban de Oriente.
En 1539 un juez de Padua, interesado por los trabajos de Vesalio, hizo que se le facilitasen los cadáveres de los criminales ejecutados para la disección. Esto le permitió mejorar sus diagramas anatómicos.
En 1541, mientras estaba en Bolonia, Vesalio descubrió que las investigaciones de Galeno estaban basadas en la disección de animales, y no de seres humanos. Como la disección humana había estado prohibida en la antigua Roma, Galeno había diseccionado en su lugar monos de Berbería, creyendo que sería anatómicamente similar al ser humano. Vesalio, apoyándose en sus propias observaciones, publicó una corrección de las Opera omnia de Galeno, y comenzó a escribir su propio texto de anatomía.