eliópolis: Inocencia

lunes, diciembre 04, 2006

Inocencia


Estado del alma limpia de culpa. Candor, sencillez. Sinceridad, sencillez, ingenuidad y pureza del ánimo. Suma blancura. Son acepciones diversas de la palabra inocencia. Generalmente se relaciona con la niñez. Primer periodo de la vida humana.
La India tiene alrededor del 16% de la población mundial. Su población (según estimaciones para 2006) era de 1.095.352.000 habitantes; en 1980 la población era de 690.462.195. La densidad de población (2006) es de unos 368 hab/km². Muchos nacimientos y defunciones no se registran, pero los datos oficiales sugieren que la tasa de nacimientos en 2006 era de un 22,01‰ y la tasa de mortalidad era de cerca del 8,18‰. La esperanza de vida era de 64,7 años. El 72% de la población vive en áreas rurales. Aunque las condiciones de vida han mejorado en muchas áreas (por ejemplo a través de la provisión de agua potable) la mayor parte de la población sigue siendo pobre; el 28,60% vive en o por debajo del umbral de pobreza determinado por las Naciones Unidas; en la parte superior, menos del 3% de los hogares indios tienen unos ingresos de más de 2.500 dólares anuales.
Lo que sorprende en esta situación al extrangero es la inocencia de los niños, su candor y su aparente felicidad, una capacidad innata de sonreir al desconocido que nos resulta conmovedora. Pero ¿son así todos los niños del mundo? No, ni tan solo en la India. No es lo mismo vivir en las grandes urbes del norte que vivir en el sur. Los niños del sur son diferentes, son más felices. El exodo es una trampa.
¿Qué esperanza de futuro puede tener un niño dentro de un país así?. Las condiciones de los niños son cada vez más duras. Desde el mismo momento de su nacimiento, participan activamente con los adultos en la supervivencia colectiva. Apenas aprenden a andar, se les asigna la tarea de ir en busca de agua corriente o a transportar de un lado a otro boñigas de buey. Un cubo, tinaja o recipiente colocado estratégicamente sobre la cabeza, a menudo causa daños irreparables en un frágil cuerpo desnutrido de no más de 30 kilos. En donde la alfabetización en las clases sociales más desprotegidas no llega al 5%, donde se trabaja activamente desde los siete u ocho años como mendigo profesional al servicio del chulo de turno que suele ser el progenitor, como esclavo en pequeñas fabricas de artesanía,... desgastando sus ojos por la falta de luz y limando progresivamente sus manos y pies que son sus armas de trabajo en los tornos.
Pues a pesar de esta inmundicia y esta miseria los niños juegan sonrientes en las calles, echando mucha más imaginación a la vida que los occidentales que estamos todo el día enganchados a la “Play Station” o mirando por la tele a los Vigilantes de la Playa, comidos por la demente publicidad.
Con una expresión relajada en el rostro los jóvenes del mismo sexo pasean alegremente cogidos de la mano, mientras que al mismo tiempo hay mujeres metidas en zanjas en medio de la calle haciendo hueco a las nuevas reformas. Este claro avance, aunque parezca duro, es un gran logro social a la hora de igualar los derechos y los deberes de ambos sexos. Las cosas están cambiando, pero muy lentamente, casi imperceptible. Si ha costado dos años y pico cambiar a trescientos millones de personas sus respectivas monedas por una única, contando con medios económicos, de comunicación y sobre todo culturales para su realización, imagínate lo que puede costar cambiar a millones de indios, la mitad de ellos analfabetos, la manera de pensar, contando con poco más que un boca a boca... un imposible.
De cualquier manera este pobre país me ha enseñado a valorar lo que tengo, y dónde estoy: “no hay como no poder contar con algo cotidiano para echarlo de menos”

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Tu descripción es clara y concisa y da que pensar.
Se podría hablar largo y tendido sobre el tema, porque con pocas palabras dices mucho

1:51 p. m.  

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