Mundano versus sublime

En un estudio realizado en el 2004 por neurobiólogos de la Universidad de Harvard, se sometió a estudio la actividad cerebral de un colectivo de personas dedicadas a ocupaciones de carácter religioso y místico. Los resultados han puesto de manifiesto que los llamados estados mentales de meditación y éxtasis se caracterizan por reducir drásticamente la actividad cerebral destinada a la percepción sensorial, el resultado de lo cual produce en el individuo el efecto de difuminar los límites del propio yo y, en contraposición (y tal vez como consecuencia) una nítida percepción de aquello que las culturas y las religiones denominan "lo absoluto".

De confirmarse los resultados de esta investigación, estaremos ante la primera demostración de que nuestro "conocernos" se construye, al igual que la noción de realidad, mediante la información que gestionan nuestros sentidos. Una afirmación sorprendente si tenemos en cuenta que en numerosas culturas se da por cierta la afirmación en sentido contrario, es decir, que nuestro yo existe "a pesar" del bombardeo sensorial al que le somete la realidad exterior.

Habrá que seguir los resultados de este trabajo, del que parece queda mucho por publicar, pero su planteamiento inicia un nuevo y apasionante debate sobre la relación entre las ciencias cognitivas y sensoriales, y abre una posible vía a través de las ciencias experimentales para la caracterización de la trascendencia, sin necesidad de adentrarse en los incómodos caminos de las pseudometafísicas.