eliópolis: 06/01/2004 - 07/01/2004

miércoles, junio 30, 2004

El amor de Tiyi (3)



>>Así como, a veces tras la gota de agua que se cae de una botella se derrama abundantemente su líquido, el amor que sentía yo por él dejó libre toda la capacidad de amar que encerraba mi alma. Entonces mi amor abarcaba al mundo entero sin excepción. Se terminó el baile y nos dispusimos a cenar. Después de la cena volvimos a bailar y a pesar de que me sentía infinitamente feliz, mi felicidad seguía creciendo sin cesar. No hablábamos de amor. Ni siquiera le pregunté si me amaba, ni me lo pregunté a mi misma. Me bastaba quererlo yo. Sólo temía que algún imprevisto viniera a quebrar mi felicidad.

>>Cuando regresé a mi casa y pensé que debía acostarme, me di cuenta de que no podría dormir. Tenía en las manos el abanico , lo contemplaba y sin cerrar los ojos, lo veía delante de mi.
>>Entonces yo vivía sola con mi difunto hermano, que no era aficionado a la vida social ni acudía a las fiestas. Mi hermano dormía, contemplé su cabeza hundida en la almohada y sentí una gran ternura, pues él no conocía ni compartía aquella felicidad que me embargaba a mi. El siervo que teniamos de lacayo había salido a recibirme con una vela y me quería ayudar a desnudarme, pero le di permiso para que se retirara. Su rostro soñoliento y sus enmarañados cabellos me conmovieron. Me dirigí de puntillas a mi habitación, esforzándome por no hacer ruido, y me senté en la cama. Realmente, era demasiado feliz, no podía dormir. Salí a la calle. Y me encontré con una multitud que seguía a unos soldados. Todos gritaban y se apiñaban para poder presenciar el castigo de un hombre que al parecer habían encontrado robando. Al acercarme pude ver que el que golpeaba cruelmente al desgraciado era el padre de mi amado.
>>Compasión, hermanos compasión –Decía el prisionero.
-Ya te voy a dar a ti compasión –oí que decía airado mientras golpeaba la enrojecida espalda con un palo el padre de Amen.
>>Me vio e hizo como si no me reconociera. Frunció el ceño, amenazador y enfadado. Me volvió la espalda inmediatamente. Me sentí tan avergonzada que no sabía donde poner la mirada y me apresuré a regresar a casa.

-¿Y que pasó con su amor? –preguntamos.
-¿Con mi amor? Desde aquel día empezó a menguar. Cuando él se quedaba pensativo, la sonrisa en los labios, cosa que le ocurría con frecuencia, en seguida me venía a la memoria su padre golpeando aquel pobre hombre y me sentía turbada. Aquello me resultaba muy desagradable, y comencé a espaciar las citas con él. Así el amor se fué esfumando. Ya ven, pues, qué cosas ocurren y de qué modo unos hechos fortuitos pueden hacer cambiar la vida de una persona.Así terminó el relato.

Akhenatón

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viernes, junio 25, 2004

El amor de Tiyi (2)


Mi querida Nefertiti:
Como prometí sigo con la historia de Tiyi.
...
Lucía una diadema de brillantes piedras y llevaba un rico vestido de terciopelo que le dejaba al descubierto los flácidos y blancos hombros de mujer anciana y un gran escote. El baile era espléndido. La sala estaba lujosamente adornada. El ambigú estaba ricamente surtido, y la cerveza corría a raudales y el vino que no podía faltar nunca en estas fiestas. A mí me gustaba mucho la cerveza, pero aquel día no la probé, pues sin beber nada ya me sentía ebria de amor. En cambio bailé como una peonza , y siempre que me fué posible con él. Mi ángel llevaba un vestido blanco de lino y una túnica que cubría su torso y cubría su cabeza afeitada con una delicada peluca de pelo natural . No era la única que le miraba. Le contemplaban y le admiraban las mujeres, e incluso los hombres, a pesar de que los eclipsaba a todos. Era imposible no admirarlo.
>>Según lo estatuido, digámoslo así, no baile la danza de Aarón con el, pero en realidad bailamos juntos casi todo el tiempo. Amenofis III, Amen para mi, iba decidido a mi encuentro a través de toda la sala y yo me dirigía hacia él, marcando los compases del baile, sin esperar su invitación. Amen premiaba con una sonrisa mi perspicacia. Cuando éramos varias quienes nos acercábamos y el no acertaba a darme la mano, encogía sus hombros levemente, como lamentándolo, y me sonreía para consolarme. Cuando bailaba con el, aceleraba su respiración y me decía “más”, y yo seguía danzando sin sentir mi propio cuerpo.
-¡Bah! ¿Cómo no iba a sentirlo cuando le abrazaba por el talle? Supongo que sentía no sólo su propio cuerpo, sino también el de él –dijo uno de los presentes-
A Tiyi se le puso el rostro encendido y casi gritó, enojada:
- ¡Bueno! Así es la juventud de hoy. Ustedes no ven más que el cuerpo. En nuestros tiempos era distinto. Cuando más enamorada estaba yo, tanto más incorpóreo se me figuraba él. Ustedes ven los pies, los tobillos y aún algo más, ustedes desnudan al hombre del que están enamoradas. Para mi, en cambio. el objeto de mi amor llevaba siempre vestidos de bronce. Nosotros no sólo no desnudábamos, sino que procurábamos cubrir la desnudez, como el buen hijo de Amón. Pero ustedes no pueden comprenderlo.-No le haga caso. ¿Qué más? -dijo uno de los nuestros.
-Pues que bailé casi siempre con él y las horas se me pasaron volando. Los músicos, abrumados de la fatiga (ya sabéis lo que pasa al final del baile), repetían unos mismos compases; en las salitas de recibir, los padres y madres se levantaban ya de las mesitas de juego, les encantaba jugar al senet, a mi también ahora, en espera de la cena; los lacayos iban y venían atareados cada vez con mayor frecuencia. Eran más de las dos de la madrugada. Había que aprovechar los últimos minutos. Bailé una vez más y por centésima vez dimos la vuelta al salón.
>>-Así, pues, después de cenar, la contradanza será para mí, ¿verdad? –me dijo mientras me acompañaba a mi sitio.
>>-Eso si no me llevan a casa –le contesté sonriendo.>>-No lo permitiré –dijo.Deme el abanico –repliqué.
>>-Siento tener que devolvérselo –respondió entregándome un blanco abanico de poco valor.
>>-Tome, para que no lo sienta –le dije. -Para ti, añadí, arrancando una plumita del abanico y poniéndosela en sus manos.
>>-Cogió la pluma y sólo con la mirada expresó el entusiamo y el agradecimiento que le embargaban.
>>Yo me sentía no solo alegre y satisfecha, sino feliz, llena de beatitud y de bondad; ya no era yo, sino un ser bienaventurado que había perdido la noción del tiempo y no podía hacer sino el bien. Guardé el abanico y permanecí de pie, sin fuerzas para apartarme de él.

-Continuará...Akhenatón.

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miércoles, junio 23, 2004

El amor de Tiyi


Mi querida Nefertiti:
Algunos sostienen que el hombre no puede llegar a comprender por sí mismo lo que está bien y lo que está mal, y que todo es resultado del ambiente, que el ambiente nos absorbe. Pues yo creo que todo depende de hechos fortuitos. Lo digo por experiencia propia... Vivimos en el “caos” y todo es resultado de ese orden desordenado.Así habló nuestra muy estimada madre Tiyi después de la conversación que sostuvimos acerca de si es necesario modificar las condiciones en que el hombre vive para que éste pueda alcanzar un mayor grado de perfección. En realidad nadie afirmó que el individuo no pueda llegar al conocimiento del bien y del mal por sí mismo, pero Tiyi tenía la costumbre de comentar los pensamientos que la conversación le sugería, respondiendo a las preguntas que ella misma se formulaba, y ello le servía de pretexto para relatar episodios de su vida. A menudo, entusiasmada por su relato, se olvidaba del motivo que lo había suscitado, tanto más cuanto que era muy sincera y ponía toda el alma en lo que contaba.Lo mismo hizo en esta ocasión.

-Lo digo por experiencia propia. Toda mi vida ha seguido un determinado rumbo y no otro, debido a algo muy distinto del medio ambiente.
-¿Debido a qué, pues? –le preguntamos.
-¡Ah, queridos! Se trata de una historia muy larga. Para comprenderla habría que contar muchas cosas.
-Pues cuéntanoslas...
Tiyi se quedó pensativa, movió la cabeza.
-Así fue –añadió-. Una noche, o mejor dicho una mañana cambió por completo mi vida.
-¿Qué ocurrió?
-Ocurrió que me enamoré perdidamente. Me había enamorado muchas veces, pero nunca con un amor tan profundo como en aquella ocasión. Esto ya pertenece al pasado. A los cincuenta años seguía siendo un atractivo hombre, pero en su juventud, a los dieciocho era sublime: alto, serio, majestuoso, simpático, educado. Iba siempre muy erguido, como si no supiera ir de otro modo, con la cabeza ligeramente inclinada hacia atrás, y esto, aun siendo delgado e incluso seco, le daba aires de rey. Su majestuosidad nos habría acobardado de no haber sido por la dulce y alegre sonrisa que iluminaba su rostro, de no haber tenido ojos encantadores y brillantes, de no haber poseído la gracia sin par de su esplendorosa juventud.
-¡Qué bien lo describe, Tiyi!
-Por más que lo describa será poco para que podáis haceros cargo de cómo era. Pero no es ésta la cuestión. Lo que quiero contaros ocurrió entre los años 1635 y 1645 de la era dinástica. Entonces yo estaba en Damasco y en aquellos tiempos ni organizábamos círculos ni nos preocupábamos de teorías políticas, lo cual no sé si estaba bien o mal. Éramos jóvenes y vivíamos como es propio de la juventud, estudiando y divirtiéndonos. Yo era una chica alegre y bulliciosa, y además, rica y princesa. Tenía un brioso caballo . Iba de francachela con mis amigas y amigos (en aquel tiempo solo bebíamos cerveza; o nada si no teníamos dinero). Mis diversiones preferidas eran las veladas y los bailes. Bailaba bien y no era fea.
-No seas tan modesta –exclamó su hijo interrumpiéndola-.
Ya hemos visto su retrato, hecho todavía en tablilla. Nada de fea, eras una moza muy guapa.
-Si queréis, un chica guapa; pero no es ésta la cuestión, sino que en aquel tiempo de mi gran amor asistí al baile del último día de carnaval en la residencia del maestre de la nobleza , un anciano bondadoso, rico, hospitalario y gentilhombre de cámara. Hacía los honores de la casa su esposa, mujer tan bondadosa como él. Lucía una diadema de brillantes piedras y llevaba...


-continuará... Akhenatón.

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lunes, junio 14, 2004

Un solo pueblo




Mi querida Nefertiti,
Un solo pueblo, única estirpe... la africana. Nuestras madres vivieron allí. Por eso me resulta infantil y poco serio creer que los pueblos nacen por generación espontánea. Se habla de hicsos , egipcios, hebreos, palestinos, cananeos, nubios y otros nombres para designar a una sola realidad .
En Palestina, a inicios del 6000 a.C., se produce una ruptura de las formas de ocupación y explotación del medio ambiente, pasando de los poblados sedentarios anteriores, que se despoblarán, a campamentos temporales de poblaciones nómadas relacionadas con prácticas ganaderas. La zona del Próximo Oriente presenta unas condiciones naturales muy favorables para el desarrollo de formaciones económicas nuevas al estar situada en la encrucijada de tres áreas biogeográficas diferentes: el marco paleo ártico al norte, la zona africana al sur y la zona oriental o asiática en el suroeste. Las distintas especies vegetales y animales de cada una de estas áreas proporcionan una gran variedad de recursos naturales. Globalmente, puede considerarse que el Oriente Próximo cuenta con tres grandes marcos bioclimáticos.

El primero, situado en el norte, está formado por el arco montañoso que integra las formaciones montañosas del Levante Mediterráneo, el Tauros y el Zagros, caracterizado por una cubierta boscosa y vegetal abundante a causa de los factores (latitud y altitud) que favorecen unas precipitaciones anuales importantes. La vegetación está caracterizada por formaciones boscosas, principalmente de robledos o bosques de pistachos en las zonas más bajas para pasar, progresivamente, a niveles de cedros y abetos en las zonas más altas. En el extremo opuesto y abarcando la mayor parte de la zona meridional del Próximo Oriente se sitúa el área desértica. Los límites septentrionales corresponderían al sur de Jordania, el fuerte codo del río Éufrates en la zona media de su curso y el Zagros a la altura de la ciudad de Bagdad. Esta área se caracteriza por unas precipitaciones inferiores, hecho que impide la existencia de cultivos de secano, ofreciendo unas condiciones muy duras para la vida humana, a excepción de las zonas de oasis. La franja central cubre desde el Sinaí hasta el Khuzistán pasando por la depresión del Jordán, la estepa del norte de Siria (Djezireh) y el monte bajo del Tauros y Zagros. Esta zona está formada por una estepa de robledos y pistachos donde se desarrollan los cereales y leguminosas salvajes y constituye el biotipo de las principales especies animales que verán la domesticación (buey, ovicápridos...). Las precipitaciones son medias, y constituye históricamente la zona de explotación agrícola del Oriente Próximo, aunque actualmente se halle muy degradada a causa de la fuerte reducción de las zonas boscosas por la fuerte explotación antrópica.

Es la región definida por Braidwood como el creciente fértil y la zona nuclear donde se desarrollan las fases iniciales de la neolitización. La reconstitución de las condiciones climáticas durante la transición Pleistoceno-Holoceno, así como las primeras fases de este último en este marco natural, empiezan a ser conocidas con mayor exactitud y ya no es necesario extrapolar conocimientos de otras zonas, principalmente europeas, de las cuales se dispone de un mayor registro. Parece ser que la última fase del Pleistoceno se caracterizaría por una fuerte sequía que cubre el periodo que va desde 17.000 a 12.500 a.C.. El paisaje presentaría, en estos momentos, grandes extensiones de estepa, dominada por las artemisias y los quenopodios, con pequeñas formaciones boscosas que quedan confinadas a las zonas costeras. Las llanuras costeras tienen una mayor extensión al haberse producido un descenso de los niveles de agua marina. Se da, asimismo, un desecamiento de los principales lagos interiores (por ejemplo, el lago de Damasco se seca en torno a 14.000 a.C.). El conjunto de este territorio presentaría unas temperaturas inferiores en algunos grados a las actuales. A partir del 12.000 a.C. se inicia una mejoría climática, inicialmente con un desarrollo lento, indicado por un primer desarrollo de la cobertura vegetal, y, a partir del 10.000 a.C. hasta el 8500 a.C. con mayor fuerza, fase que coincide con el óptimo climático. En este último periodo se da un fuerte crecimiento de la vegetación, con una máxima expansión del bosque que coincide con el máximo aumento de humedad. Estas características se ven confirmadas tanto por el registro faunístico a nivel macro, con la presencia abundante de especies de hábitat boscoso y ambiente húmedo (Bos, Cervus, Capreolus...), como por el registro de la microfauna.
Este periodo favorece extremadamente el desarrollo iniciado en la fase climática anterior de máxima expansión de los cereales salvajes. A partir del 8000 a.C. y hasta el 6000 a.C. se produce una evolución climática más suave y difícil de interpretar. Las variaciones climáticas son menos marcadas, con pocos cambios de flora y fauna. Se constata, asimismo, una intervención más marcada del hombre, con una fuerte deforestación vinculada tanto a la extensión de las áreas de cultivo como al progresivo desarrollo de la ganadería. En síntesis, se observa en el Próximo Oriente una fuerte fase de clima seco, durante los últimos momentos del Pleistoceno, seguida de una mejora climática, inicialmente lenta, pero posteriormente con mayor incidencia, coincidiendo con una fase de optimum climático que favorece la creación y afianzamiento de unas condiciones que van a perdurar posteriormente, aunque en ellas el impacto del hombre será cada vez más notable.


Ya he dicho antes que en el Paleolítico egipcio se conoce ya la domesticación de ciertas especies vegetales. Sin embargo, el verdadero proceso de neolitización comienza hacia el 5500, con las culturas de El Omari en el norte y el Badariense en el sur. Esta constatación puede ser interpretada de formas diversas, pero entre ellas cabe pensar que la producción agrícola requería mayor esfuerzo laboral que la economía de caza y recolección, de ahí que no se implantara. Solamente cuando la naturaleza empezó a escasear, las comunidades hubieron de resignarse y comenzó la explotación agrícola más sistemática, que obligaba a un trabajo más intenso para obtener una dieta alimenticia similar a la que antes se conseguía mediante la caza y la recolección. Como ocurría en Mesopotamia, también en Egipto se puede diferenciar la secuencia cultural del norte y del sur. El limo depositado en el norte impide una exploración arqueológica eficaz, de ahí la menor densidad de yacimientos, que se internan, además, poco en el Delta. Suelen ser más extensos que los del sur y quizá por ello también estén más distanciados unos de otros. La economía doméstica de carácter comunitario se pone de manifiesto, por ejemplo, en el empleo de graneros colectivos. No obstante, en el sur conocemos mejor las necrópolis que los poblados. A través de ellas parece documentarse un proceso de complejidad social más avanzado y acelerado que en el Bajo Egipto.

Atribuir los diferentes ritmos de desarrollo a causas externas, como penetración de gentes asiáticas, presenta dificultades, pues el proceso que analizamos está más avanzado en Mesopotamia que en Egipto, por lo que la zona norte, lógicamente de haber existido contactos, debería estar más desarrollada que el Alto Egipto. A pesar de ello, muchos investigadores sostienen que la deuda contraída por Egipto con Mesopotamia en el tránsito hacia las formas de vida urbanas es grande. A nadie se le oculta que el problema subyacente en estas posiciones teóricamente irreconciliables es consecuencia de la oposición entre dos formas de interpretación de los procesos históricos, una difusionista, predominante durante los dos primeros tercios del siglo XX, y otra autoctonista, que ha hecho furor desde la década de los setenta. Ambas están sometidas a unos parámetros que dependen de la realidad histórica en la que están inmersos los propios investigadores; por ello, si el difusionismo es fruto del pensamiento que se genera en la Europa de los imperios coloniales, el autoctonismo es consecuencia de la experiencia descolonizadora, y en esa dimensión no son proposiciones opuestas, sino espacios convergentes de la misma cara de la moneda. La opuesta ha de estar ocupada por la interpretación de quienes han sufrido la explotación colonial. El periodo predinástico egipcio se divide en cuatro fases consecutivas: predinástico primitivo, predinástico antiguo, predinástico medio y predinástico reciente. El predinástico primitivo se conoce en el sur como badariense, por el yacimiento de Badari; mientras que en el norte es denominado Fayum A o merimdense, respectivamente por el yacimiento de El Fayum o por el de Merimde-beni-Salama. El predinástico antiguo está representado únicamente en el Alto Egipto y se conoce como cultura amratiense (4500/4000), llamada también Nadada I. Esta cultura es sustituida por el geerzense (4000/3500), que procede del norte y que provoca la unificación cultural de todo el valle; el geerzense corresponde al predinástico medio, conocido también como Nadada II. Finalmente, el predinástico reciente o gerzense reciente (3500/3150) presenta bastante homogeneidad en todo el valle, hasta que desemboca en la época dinástica, el Egipto unificado.

Durante el predinástico primitivo del norte, la población vive en cabañas circulares fabricadas con caña y no se distingue jerarquización entre ellas, muestra, por otra parte, de la inexistencia de una especialización laboral que no esté sometida a los condicionantes del sexo o la edad. El excedente productivo obtenido de las tareas agrícolas se almacena en graneros colectivos y los restos de huesos demuestran la existencia de ganado porcino, ovicápridos y vacuno; sin embargo, la caza juega un papel importante aún en la obtención de proteínas. La creencia en una vida de ultratumba parece confirmada por la deposición de granos junto a la cabeza de los difuntos, que se entierran en el poblado, o en sus proximidades, de costado en posición fetal y con una mano cerrando la boca. En el Alto Egipto, el badariense parece más evolucionado. Sus cerámicas son muy características, de color rojo, con borde negro y se mantienen a lo largo del predinástico. El metal ha hecho acto de presencia, pero la mayor parte de los útiles sigue siendo de sílex; de piedra se fabrican también las paletas para los afeites de maquillaje, cuyas representaciones iconográficas en los períodos sucesivos serán de gran utilidad para reconstruir la secuencia histórica.

Por otra parte, las relaciones comerciales desbordan las márgenes del río y, a través del Wadi Hammamat, mantienen contactos más o menos frecuentes con el Mar Rojo, al igual que con el sur. De todas formas, el modo de vida de estas poblaciones ha hecho suponer a algún investigador que no habían adquirido la sedentarización permanente, y que podríamos estar ante establecimientos temporales. Ya se ha adelantado el hecho de que el predinástico antiguo sólo es conocido en el sur. No se ha descubierto en el Bajo Egipto ningún yacimiento correspondiente a este período. En el Alto Egipto, la cultura de Nagada I o amratiense sucede sin ruptura a las tradiciones badarienses, aunque se trata de una sociedad más avanzada. Aún se sigue empleando la piedra con mayor frecuencia que el metal y la caza continúa siendo determinante en la dieta alimenticia. A pesar de todo ello, aparentemente hay una intensificación en la especialización laboral, se incrementa la participación de la ganadería en la obtención de proteínas y esto gracias al incremento de la productividad agrícola. También se aprecia en este momento el tránsito de la cabaña redonda a la casa de adobe con planta rectangular, expresión de modificaciones en las relaciones familiares y sociales. La aparición de las mazas de piedra, símbolo quizá del poder unipersonal, ha hecho suponer a algunos autores que nos encontramos ante formaciones estatales. Sin embargo, no hay una diferenciación social acusada ni en el hábitat, ni en las necrópolis; ignoramos si existe jerarquización entre los poblados; no hay constatación de trabajo artesanal a tiempo completo y, en definitiva, no detectamos la existencia de clases sociales. Parece evidente que existe un poder unipersonal, depositado en un jefe de aldea, pero a su entorno no se ha desarrollado un grupo dominante, ni mucho menos un aparato estatal. El predinástico medio es más conocido como gerzense, por el yacimiento de El Gerza que está cerca de El Fayum, pero en realidad ignoramos dónde tiene sus inicios, pues algunos autores piensan que su cuna está a la altura de Luxor. Prácticamente todas las ramas del artesanado adquieren un desarrollo tal que podemos afirmar que nos encontramos ante artesanos especializados que dedican ya la totalidad de su actividad laboral a una sola empresa. Estaríamos, pues, ante una sociedad estratificada, en la que las diferencias aparecen ya manifestadas en el ajuar funerario, caracterizado en las tumbas ricas por la presencia de oro y lapislázuli, además de objetos de cobre. Pero además, las unidades de producción parecen haber adquirido cierta conciencia en torno a un líder, si es correcta la interpretación de los diferentes símbolos que aparecen sobre los barcos de las pinturas representadas en las cerámicas: la mayor parte de los autores parece estar de acuerdo en que identifican a los nomos, circunscripciones territoriales en las que estaba dividido Egipto en época histórica. Por otra parte, los gerzenses dominaban la talla de la piedra, según se aprecia en los vasos de gran calidad, que siguen las técnicas del Bajo Egipto y que ponen de manifiesto la unidad cultural del Nilo. Sin embargo, esto no significa que nos hallemos ante la unidad política que defienden algunos autores; a lo sumo podríamos admitir que hay dos confederaciones o dos unidades políticas enfrentadas que resuelven violentamente su confrontación hacia finales del milenio. La cultura del gerzense reciente afecta también a la totalidad del valle, según se desprende del triunfo simbólico de la cerámica del norte que sustituye a la del sur, o la suplantación de la maza troncocónica del sur por la piriforme del Bajo Egipto. Muchos egiptólogos aceptan ya la existencia de un reino unificado en torno a Heliópolis, en el norte, lo que se opone a la información de la Piedra de Palermo, según la cual, en este momento habría siete monarcas en el norte y cinco en el sur. No sabemos en realidad qué ocurrió entonces desde el punto de vista político. La representación de la figura humana se convierte en un tema frecuente que no se puede separar de la concienciación de la personalidad individualizada, una realidad ajena a toda experiencia simbólica previa. En cualquier caso, desde el punto de vista político, lo más interesante del gerzense reciente se desprende de la llamada maza piriforme del rey Escorpión. Tres registros en la parte conservada proporcionan una lectura extraordinariamente rica: en la parte superior están representados los emblemas de los nomos del Alto Egipto y las poblaciones derrotadas del Delta. En el registro siguiente, el rey Escorpión, tocado con la corona blanca del Alto Egipto, abre un canal ante una comitiva. Por último, en el tercer registro, una escena agrícola parece documentar la propaganda del bienestar generado por el triunfo del rey Escorpión. Ciertamente no tenemos la seguridad de que este faraón lograra la unidad, pero sus expresiones formales pueden ser interpretadas en esa dirección.

Todo parece indicar que los nomos del Delta, en los que aparentemente se desarrolla una cultura diferente a la gerzense, que conocemos como maadiense, fueron atacados y vencidos por una coalición de nomos del sur capitaneados por un monarca que los había sometido previamente a su poder. Sea como fuere, la unidad territorial del Alto y del Bajo Egipto si no es ya una realidad, es -al menos- una contingencia prácticamente inexorable.Por muy familiar que nos resulte, la organización social bajo la forma de estados es muy reciente. En realidad, resulta una etapa mínima en la historia de la humanidad y, sin embargo, está tan sólidamente arraigada que su legitimidad y universalidad parecen indiscutibles. Las circunstancias que concurrieron en la transformación de sociedades más o menos igualitarias en sociedades complejas con estado fueron múltiples y dilatadas en el tiempo. Es más, parece probable que las circunstancias en cada caso fueron diferentes o incidieron con desigual intensidad, de manera que son irrepetibles. Esta constatación se utiliza en la actualidad como argumento fundamental para negar la posibilidad de elaborar modelos teóricos que expliquen este trascendental paso en la historia de la humanidad, como si las variables de cada ejemplo impidieran detectar el denominador común.

Es en el mundo próximo oriental donde por primera vez aparece el estado, cuyo significado no puede ser comprendido si no es en relación con la forma en que surge. Únicamente desde esa dimensión se puede apreciar su valor y su función real. Cualquiera que tenga una mínima sensibilidad histórica habrá de descubrir aquí un mundo apasionante que proporciona claves inteligentes para la comprensión del proceso histórico. Pero es que además, es en el Próximo Oriente -Mesopotamia y Egipto- donde por primera vez se pasa de pequeñas unidades de producción, de carácter estatal, hasta formaciones complejas que abarcan bajo un mando único antiguas unidades autónomas. Por tanto se experimenta no sólo el paso de la aldea a la ciudad, sino también de la ciudad-estado al imperio, en modalidades diferentes hasta el imperio territorial, que es su manifestación más opresiva. Si estos ejemplos pueden ser significativos en el orden político, podemos imaginar la riqueza que pudo haberse alcanzado en el ámbito de la supraestructura ideológica, por no mencionar más que una parte más de la realidad. En otro orden de cosas, la interacción cultural entre las áreas circunmediterráneas fue tan intensa en los milenios previos a nuestra era que la conformación del mundo clásico tiene contraída una deuda que sólo se puede saldar valorándola en su justa dimensión. Para ello es necesario conocerla. Pero incluso aunque no existieran préstamos e interferencias, la mera yuxtaposición de las diferentes modalidades en las que se organizaron las comunidades humanas resulta tan expresiva que alcanzamos a comprender mejor la cultura clásica oponiéndola a los sistemas experimentados por las comunidades del Próximo Oriente. El conocimiento, pues, de las realidades ajenas es un instrumento utilísimo para comprender mejor nuestra propia dimensión histórica. Pero, sin duda, es el ejercicio de la inteligencia el mejor servicio que nos puede aportar el estudio de las civilizaciones próximo orientales, un reto permanente entre la pasión y la dificultad de hacer historia.Las poblaciones que vivieron en estas regiones son de muy variada procedencia. Por lo que respecta a Egipto, la investigación trabaja activamente en la determinación de los caracteres de sus más antiguos pobladores. Frente a las opiniones tradicionales, parece ir afianzándose la idea de un componente negro africano desde el predinástico, partícipe en la estructura poblacional, que afecta a todos los grupos sociales, incluidos los propios faraones. La resistencia que aún se aprecia para aceptar esta realidad en ocasiones parece más consecuencia de deformaciones racistas que de argumentos científicos sólidos. Sin embargo, es necesario al mismo tiempo admitir que el valle del Nilo estuvo más abierto al mestizaje de lo que habitualmente se piensa. La lengua que se hablaba en el Egipto faraónico tiene una sintaxis precedente de la de las lenguas norteafricanas y de las semitas, pero ello no debe distorsionar la correcta percepción de la realidad, que es el estrecho parentesco que la vincula a otras lenguas africanas, aunque obviamente este extremo también está sometido a discusión entre los especialistas.

En el Próximo Oriente Asiático la mayor parte de la población es de origen semita, razón por la que las distintas lenguas habladas por ellos están emparentadas entre sí, pudiendo ser agrupadas en tres ramas lingüísticas: el semita noroccidental, el semita meridional y el semita oriental. Del primero proceden el cananeo (amerita, ugarítico, fenicio, hebreo) y el arameo, que serán las lenguas dominantes en la región sirio-palestina. El semita meridional dará lugar a los distintos dialectos arábigos, mientras que el semita oriental será el precedente de las lenguas más importantes habladas en Mesopotamia, el acadio, del que derivan el asirio y el babilonio. A estas lenguas hay que añadir una de origen desconocido, el sumerio, que fue dominante en el sur mesopotámico hasta su desplazamiento por el acadio y, por otra parte, las lenguas del tronco indoeuropeo, que hacen su aparición en este escenario por la inmigración de fuertes contingentes en distintas etapas, quizá desde Anatolia oriental, que algunos ahora defienden como su cuna originaria, de la que saldrían acompañando a la agricultura, como difusores del neolítico. En cualquier caso, no aparecen documentados hasta bien avanzada la Edad del Bronce. Unos, los luvitas y los hititas, dominarán la meseta de Anatolia a partir del 2000 aproximadamente, estableciéndose junto a antiguas poblaciones hatti (a no ser que se esté duplicando una única realidad); los otros, iranios -sobre todo medos y persas-, se asentarán poco a poco en el cambio del segundo al primer milenio en el altiplano al que otorgarán definitivamente su nombre. Finalmente, es necesario mencionar otros grupos lingüísticos, como el de los hurritas, omnipresentes en la historia del Próximo Oriente, desde los archivos del palacio de Ebla, y que terminarán desempeñando un importante papel en la configuración del Imperio de Mitanni en la parte central del II Milenio; aún, en los primeros siglos del I Milenio, sus descendientes se reorganizarán en el reino de Urartu, en la zona oriental de Anatolia. Otros grupos menores tendrán una cierta influencia en el discurso histórico del Próximo Oriente, como los elamitas, que desarrollan una importante cultura contemporánea a la mesopotámica, y otros muchos pueblos, como los guteos, lullubi, casitas, gasga, etc.. Naturalmente, aún son muchos más los pueblos que intervienen en la historia próximo-oriental, pero que sentido tendría elaborar un listado difícilmente útil para acabar concluyendo lo que decía al inicio; en definitiva todos los pueblos somos africanos.

Entonces, ¿cuándo aparece el pueblo hebreo (no semita)?, no está claro, pero, me permito , yo también, poner por escrito mi teoría. El pueblo hebreo es un grupo numeroso de egipcios que tienen en común una religión poco corriente: monoteísmo (solo un dios: Atón). Su líder e inspirador probablemente sea algún sacerdote de Amón o noble de la XVIII dinastía . La madre de Akhenatón profesaba en secreto estas creencias y su padre expulsó a todos de Egipto: Amenofis III (Amen-hotep III). Esto se puede interpretar del siguiente modo: el pueblo hebreo como tal estuvo formado por prisioneros y esclavos de los países vecinos junto con algunos egipcios ilustres que fueron los iniciadores y que después de muchos años en secreto fueron descubiertos por los reyes y expulsados. Podrían haber sido ejecutados pero fueron expulsados ¿porqué? . Seguramente por temor a un levantamiento teniendo en cuenta el poder de algunos sacerdotes ante el pueblo. Más bien fue un autoexilio, decidieron marcharse para poseer su propia tierra y su genuina religión.Ahmed Osman, un estudioso del tema, identifica a los personajes bíblicos con los conocidos faraones egipcios. Del mismo modo que Freud hizo sus celebres afirmaciones sobre la identidad de Akhenatón con Cristo mismo, este, Osman, dice haber comprobado que Salomón es Amenhotep III y David es Tutmosis III. En mi opinión se equivoca. Es cuestión cronológica simple. Y no cuadran las fechas ni en Freud , ni en Osman. Pero no vale la pena discutir estos asuntos, está los textos de las tablillas de El Almarna para asegurarse de que nada es así. Akhenatón (Amenhotep IV) es contemporáneo de Saúl, el cual le pide ayuda militar para vencer a sus enemigos, y esto está escrito. Pero en algo estoy de acuerdo: los reyes israelitas son egipcios, los israelitas son egipcios en su mayoría. Y que la religión de los exiliados proviene y copia mitología egipcia. Solo se cambia la lengua , la escritura y algunos nombres. Las Letanías Osiriácas y los Salmos bíblicos tienen un origen común esta es mi opinión.


Akhenatón.


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sábado, junio 12, 2004

Tabla cronológica -clica aqui-


Mi querida Nefertiti,
Espero poder ayudarte con esta cronología de Egipto -el título es el link-

Akhenatón.


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martes, junio 08, 2004

Síndrome de Akhenatón








Mi querida Nefertiti:

Esta es la historia más apasionante nunca contada del faraón Amenhotep IV. Este personaje rodeado de un alo divino que el mismo promovió y los artistas de la XVIII dinastía acrecentaron con sus creaciones.

Se le conoció como el Rey Cismático. Décimo rey de la 18ª dinastía. Este hombre de figura extraña revolucionó su época con sus ideas religiosas, moral y éticas, hasta el punto de estar a punto de dividir a la nación.

Los egiptólogos no se ponen de acuerdo en lo que ocurrió cuando nació y después de su muerte. Como sabemos fué el segundo hijo de Amen-Ofis III (Amen-Hotep III) y la princesa Tiyi (Tiy). Se ha dicho de su madre, y salgo al paso aquí para dejarlo aclarado, que era de origen hebreo. Pués no es posible, la tribu hebrea no existía aún, ni el pueblo hebreo ha aparecido aún en la historia, solo son conjeturas. Lo que si está demostrado es que Tiyi era una princesa Siria celebre por su belleza y de la cual estaba tremendamente enamorado el faraón. Para ella construyó un lago artificial de un kilómetro y medio de longitud. El faraón le profesaba un amor tan grande la ensalzó en sus representaciones, lo contrario de lo acostumbrado. Tiyi ejerció una gran influencia en la corte. La reina tuvo cuatro hijas y dos hijos. El hermano de Akhenatón, Tutmosis , quién fué sumo sacerdote de Menfis. Él , Akhenatón, fué ignorado por la familia. No aparecía en los eventos públicos , ni se hace referencia de su existencia en ningún retrato familia, como si el Dios Amón lo hubiera excluido.

Fué rechazado por alguna razón extraña, que creo poder explicar. Su hermano murió joven y repentinamente y esta fué la causa de su aparición en escena. En 1352 aC Akhen-Atón asciende al trono, con 16 años, apenas un adolescente, por deseo de su madre Tiyi probablemente para no poner en peligro la sucesión.

La prematura muerte de su hermano y su retiro involuntario, el aspecto de su cuerpo y algunos otros datos, hacen sospechar de algún tipo de enfermedad degenerativa hereditaria que padeció AA. Su aspecto es muy peculiar: extremadamente delgado y alto, dedos muy largos, su faz tensa con salientes pómulos y gruesos labios, cráneo abombado, caderas feminoides y pecho abultado. Figura casi femenina, abdomen, caderas y nalgas. Es de suponer que al nacer y en su primer desarrollo la enfermedad fué más notable y que por eso lo ocultaron. Un misterio.

Su hermano tenía el poder de los sacerdotes en su mano pero el era mal visto por su deformidad. Ellos tomaron las riendas y usurparon el poder a la reina “extranjera”. La corrupción entre el clero era notable y el faraón decidió una profunda reforma. Prohibió el culto a Amón y quitó los privilegios a los sacerdotes, cerró los templos; dio ordenes de destruir todas las imágenes y estatuas de Amón y profanó los lugares de culto. Todo esto enfureció a sus opositores de tal manera que la convivencia fue cada vez más complicada y su vida corría peligro. Decidió que había un solo dios y que su nombre era Atón, el dios del sol , Ra, el disco solar, y a El solo había que adorar; convirtiendo de esta manera su pueblo al monoteísmo. La bondad y el bien eran patrimonio del nuevo Dios, padre y madre de todos y creador del mundo y de todos los seres.

El nuevo Rey se casó con Nefertiti, la cual mencionan como la mujer más bella del mundo, de origen confuso. Algunos creen que era su prima por el gran parecido de ella con Tiyi. Ellos se trasladan a la nueva ciudad Tell-El-Amarna. Tienen seis hijas. El trabajo de crear las nuevas normas religiosas y definir la nueva religión es arduo.

Mientras tanto su madre Tiyi sigue viviendo y le sobrevivirá. Ella influyó seguramente en todo lo referente al cisma religioso emprendido por su hijo y continua gobernando desde el anonimato. AA. que ve como su cuerpo se transforma, tomando formas femeninas, llega a pensar que al igual que Atón es “padre y madre” de su pueblo.

En 1336 aC muere su hija Meketaton con 9 años por accidente en una excursión. Y poco despues tres de sus hijas mueren victimas de una plaga de peste que corria por Egipto en esa época; un año despues, su madre Nefertiti, en 1335 desaparece para siempre y nunca más se sabe nada de ella. Al mismo tiempo aparece un personaje misterioso que tendrá un gran protagonismo en el futuro próximo: Smenkhkare, el origen del cual es un autentico misterio. Se han hecho muchas afirmaciones sobre él pero ninguna convincente, incluso alguien aseguró que era Nefertiti disfrazada de hombre para ocupar el trono de dejará su hijo enfermo; pero lo cierto es que en la Tumba 55 ,en el Valle de los Reyes, está enterrado e identificado y no es Nefertiti.

Como todos los iluminados, AA., dice haber tenido una visión del disco solar entre dos montañas. Y así aparece en todos los iconos los rayos del sol dando vida a todo.

Murió joven y su cuerpo aún no se ha encontrado, a la edad de 37 años. Lo sucedió Tutankhatón que más tarde cambia su nombre por Tutankh-Amón.Se traslada a Tebas y a los dioses familiares abandonando El-Amarna.

El asunto más interesante en este momento es saber que enfermedad aquejaba a Akhenatón, y si esta tiene algo que ver con su familia, padres y hermanos, e hijas. Por los síntomas se pueden considerar dos posibles enfermedades que padecía Akhenatón: 1. El síndrome de Froehlich y 2. El síndrome de Marfan.

La mayoría de expertos recientemente han sugerido la posibilidad de que el faraón padeciera la supuesta patología de un desorden genético conocido como Síndrome de Marfan. Esta es una posibilidad más probable que el Síndrome de Froehlich, porque no afecta a la inteligencia ni la fecundidad y como es sabido fue fecundo en lo intelectual y tubo seis hijas (eso creemos). El síndrome de Marfan es un trastorno del tejido conectivo el cual causa defectos esqueléticos que se reflejan en el típico aspecto alto y larguirucho que presenta la persona. En ella pueden observarse extremidades largas, brazos desproporcionados y dedos en forma de araña (aracnodactília), anomalías en el pecho (pectus excavatum), curvatura de la columna y un grupo particular de rasgos faciales que incluyen un paladar con arco muy elevado y dientes apiñados, pómulos prominentes y labios gruesos y aspecto enfermizo. El defecto más significativo en este síndrome es la presencia de anomalías cardiovasculares, entre las cuales está el agrandamiento o dilatación de la base de la aorta. El síndrome de Marfan se hereda como rasgo autosómico dominante. Sin embargo, hasta el 30% de los casos no tienen historia familiar y se les denominan casos "esporádicos". En estos casos esporádicos se cree que el síndrome de Marfan es ocasionado por una nueva mutación espontánea.

El síndrome de Marfan es causado por mutaciones en el gen fibrilina-1, el cual juega un papel importante como andamiaje de los tejidos elásticos en el cuerpo. La interrupción de este andamiaje (por mutaciones en fibrilina-1) ocasiona entonces cambios en los tejidos elásticos, particularmente en la aorta, el ojo y la piel. Asimismo, las mutaciones en la fibrilina-1 causan crecimiento exagerado de los huesos largos del cuerpo, provocando una estatura elevada y extremidades largas que se observan en el síndrome de Marfan. Sin embargo, la forma como ocurre este crecimiento exagerado aún no se ha comprendido bien.

Más de la mitad de las personas con síndrome de Marfan experimentan dislocación de uno o ambos cristalinos del ojo. El cristalino puede estar más arriba o más abajo de lo normal, o desviado hacia un lado. La dislocación puede ser mínima, o muy pronunciada y obvia. El desprendimiento de la retina es una complicación seria que puede ocurrir como consecuencia de este síndrome. Muchas personas con el síndrome de Marfan padecen de miopía, y algunas pueden desarrollar glaucoma (alta presión en el ojo) y cataratas (el cristalino del ojo se vuelve opaco, o sea que pierde su claridad y afecta la visión).

Esta enfermedad la han padecido personajes famosos como Abraham Lincoln, Sergie Rachmaninoff, Niccolo Paginini, Mary (Reina de Escocia), y Flo Hyman. De esta información, parecería que el Síndrome de Marfan conviene mejor a la posible enfermedad de Akhenatón. El mostró rasgos de aracnodactília, una cara de alma en pena, alto, esbelto, y una pelvis ancha. Sus parientes tienen unas características semejantes, y los cráneos alargados. El hecho que el resto de su familia mostró aparentemente algunos de estos rasgos sugiere también que él tuvo dicho desorden genético. El vivió la cantidad de tiempo que una víctima de Marfan vive sin ayuda médica. Estos y otros datos nos dan luz sobre el tipo de vida que sufrió dicho personaje. Y, a la vez, creo, tiran por tierra las ideas de Freud sobre Akhenatón que lo identificaba con Moisés.

¿Dónde está su cuerpo? ¿Sus visiones eran consecuencia de su defecto visual provocado por la enfermedad que le aquejaba? ¿Llegó él a pensar que su cuerpo se transformaba en asexuado por su especial relación con Atón, madre y padre de su pueblo? ¿Fué su madre, Tiyi , la siria, quién convirtió a Akhenatón al monoteísmo e enemistó con los sumos sacerdotes? ¿Por qué desaparece Nefertiti antes de su muerte? ¿Padecían sus hijas y hermanos la misma enfermedad? ¿Fué su padre o su madre quién se la transmitió? Preguntas y más preguntas.



Akhenatón.



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